Si abre su cartera, muy probablemente se encontrará con tarjetas plásticas en su interior, ya sean tarjetas bancarias, de acceso a un gimnasio, identificaciones oficiales o laborales, tarjetas de lealtad, monederos electrónicos, etc. Hoy en día las tarjetas de PVC (Policloruro de Vinilo, un polímero obtenido de la sal y el petróleo o gas natural) son virtualmente omnipresentes. Su bajo costo y gran cantidad de aplicaciones las han convertido en un artículo inmensamente popular.
Ahora bien, las tarjetas plásticas son hoy en día, contrario a la creencia popular, sencillas de personalizar aún en pequeña escala; es decir, podemos hacer tirajes pequeños de tarjetas personalizadas en nuestro propio lugar de trabajo, como si se tratara de etiquetas, gozando de la conveniencia y economía que nos ofrecen las impresoras de tarjetas PVC actuales. Ya no es absolutamente necesario mandar a imprimir grandes tirajes de tarjetas en un negocio especializado –aunque existen casos en los que precisamente eso es lo más apropiado, pero eso lo discutiremos más adelante.
Fabricantes como la marca francesa Evolis o la taiwanesa HiTi nos ofrecen equipos de gran valor, con precios muy económicos y una enorme utilidad para los usuarios ocasionales a moderados de tarjetas. Sus equipos son ideales para aplicaciones como la de credencialización de los empleados de una oficina o incluso para la emisión de tarjetas de membresía de un club, ya que éstas requiere en volumen relativamente pequeño de identificaciones personalizadas. Cuando se requieren, en cambio, tirajes de miles de tarjetas iguales, generalmente lo indicado es contratar a una empresa especializada en impresión offset, ya que los costos de impresión por tarjeta se verán disminuidos en función de los volúmenes de producción.
Regresando a nuestro tema, las impresoras de escritorio, las cintas utilizadas como consumibles en ellas por lo general constan de varios paneles: uno color cian, otro color magenta, otro amarillo, otro negro (CMYK) y al final un panel transparente llamado “overlay”, por eso se conocen como “CMYKO”. Generalmente se utiliza un juego de estos paneles para imprimir a todo color por cada lado de la tarjeta y al final se aplica el overlay transparente para proteger y dar un mejor terminado a la impresión.
La tecnología de impresión más común en las impresoras de tarjetas PVC es la de sublimación, la cual consiste en calentar la tinta que viene en las cintas arriba mencionadas, haciéndola pasar del estado sólido al gaseoso –sin pasar por el líquido. La tinta en forma de gas se adhiere a la tarjeta de plástico y se solidifica de nuevo, creando una impresión vistosa y duradera.
Trucos del Oficio
Pero ¿qué pasa cuando el diseño de nuestra credencial lleva fotos u otras imágenes a todo color en el frente, pero solo algunos pocos datos atrás? En ese caso es posible economizar imprimiendo con otro tipo de cintas: las llamadas CMYKOK, las cuales tienen los cinco paneles arriba mencionados para imprimir a todo color el frente de la credencial y luego un panel negro para imprimir sólo en negro la parte posterior de la credencial. Esto es útil en aplicaciones en las que la credencial sólo contiene en el reverso un número o dirección en texto negro y/o posiblemente algún código de barras o logotipo en blanco y negro. Este tipo de cintas permiten abaratar los costos de impresión al prescindir de los paneles C, M, Y y O utilizados en el frente del diseño.
También se debe tener en cuenta en ciertos casos la opción de mandar a hacer un gran tiraje de tarjetas con impresión offset y luego solamente personalizarlas con una impresora de credenciales de escritorio, para lo cual es una buena opción comprar cintas de un solo color, generalmente negro, lo que también abate los costos de impresión, sin embargo, como se menciona, el tiraje debe ser grande para que sea conveniente que lo maquile un impresor de offset.
Hablando de diseños por los dos lados de la tarjeta, estos se deben imprimir manualmente: imprimir una cara de la tarjeta y luego volver a colocar la tarjeta ya impresa en el cargador de la impresora para imprimirla por la otra cara, pero afortunadamente existen equipos con capacidad de volteo automático, que sin intervención del usuario imprimen ambas caras de las tarjetas, como lo hace la HiTi CS-200E al adaptarle su módulo volteador. Dicho módulo es una gran inversión que ahorra enormemente trabajo y tiempo a quien lo utiliza.
Ahora bien, ciertos clientes deben imprimir cientos de credenciales en un mismo lote. En este caso, lo más productivo es utilizar bases de datos que contengan toda la información ordenada. Para utilizarlas se requiere de un software que maneje bases de datos, obviamente, el cual en algunos casos es vendido por separado por el fabricante o por casas de software, y en otros casos ya vienen con la impresora – como en el caso de las impresoras HiTi. Adicionalmente, para estos casos, ciertas impresoras, como la CS200E, ofrecen cargadores de tarjetas de alta capacidad. Para la impresora mencionada es posible adquirir un cargador de 400 tarjetas que evita al usuario el tener que estar al pendiente para poner más tarjetas a la impresora frecuentemente.
Identificaciones con Seguridad
Uno de los principales fines de las identificaciones es el de dar seguridad en la identidad de su dueño tanto a éste como a quien las emite. Con el fin de ofrecer mayor seguridad en la emisión de identificaciones del tipo que nos atañe, se han desarrollado medidas como la de utilizar un overlay con un holograma que bien puede ser genérico o personalizado con el diseño del cliente. El uso de un holograma hace más difícil la duplicación no autorizada de las credenciales, pues su fabricación requiere de equipo altamente especializado.
Otra medida de seguridad es el resaltar las letras con las que se personaliza una tarjeta, como en el caso de las tarjetas de crédito. Esto se puede hacer de manera manual con una máquina especial llamada “embosadora” siendo esta palabra un americanismo proveniente del vocablo inglés “emboss” que significa repujar o grabar en relieve. Sin embargo, el proceso se realiza seleccionando carácter por carácter, por lo que puede ser muy tardado hacerlo para tirajes grandes.
Un uso particular de las credenciales es el de ser instrumentos de control de acceso, en cuyo caso pueden contener un código de barras (fácilmente falsificable y por tanto inseguro), o bien, una banda magnética (más difícil de falsificar pero tampoco enormemente segura), o un chip con la información necesaria para autentificar al usuario. Las tarjetas con chip son la opción más popular actualmente. Incluso las tarjetas bancarias han optado por incorporar esta tecnología, pues ha probado ser la más segura. Afortunadamente es posible tener cualquiera de estas tres medidas de seguridad en las tarjetas que se imprimen con una impresora de tarjetas PVC de mesa, y lo mejor es que algunos modelos de impresoras, como la HiTi CS-200E ofrecen la posibilidad de comprar al inicio solamente la impresora básica y luego añadirle los módulos necesarios para codificar tarjetas con banda magnética o chip, o incluso RFID, una tecnología que va en aumento debido a su gran seguridad y a que trabaja sin que la tarjeta necesite hacer contacto con un lector, aumentando su comodidad de uso y durabilidad. Los mencionados módulos de la HiTi CS-200E pueden ser instalados en campo por el propio usuario, por lo que le evitan incluso los costos de llevar el equipo a un centro de servicio para dicha tarea.