Como es bien sabido, las etiquetas son elementos imprescindibles en entornos de trabajo donde existe la necesidad de identificar cualquier tipo de productos e informar, ya sea al consumidor o a los trabajadores, sobre las características de los mismos. Además, son altamente útiles para conservar la organización en entornos de almacenaje, para seguir la trazabilidad de los artículos y para codificar productos y servicios, así como un gran número de piezas, por mencionar tan sólo algunos ejemplos de las aplicaciones para las que pueden servir estos elementos de identificación. Sin embargo, para que su uso resulte realmente funcional, es necesario que se realicen cuidadosamente las tareas de etiquetado, de lo contrario, adoptar esta medida lejos de convertirse en una solución podría ocasionar problemas que entorpezcan las tareas del entorno de trabajo.
Uno de los factores de mayor peso en un sistema de etiquetado, que conviene tener en cuenta al momento de elegir los elementos que lo conformen y el modo en que se implementará, es el tipo de soporte en el que se imprimirá la información referente a los productos o servicios que se pretende identificar y organizar. Para facilitarte la tarea de toma de decisión, a continuación presentaremos los puntos más importantes a tener en consideración, según las necesidades específicas que se presenten en el entorno en que la solución de identificación sea requerida.
Lo primero que te recomendamos tener en cuenta, es la finalidad con la que se va a implementar el sistema de etiquetado. Como ya mencionamos, las etiquetas pueden contribuir a cumplir tareas de lo más diversas, por lo que deberás de tener claro tu objetivo al implementar su uso. A grandes rasgos existen dos opciones: que desees implementar un sistema de seguimiento de productos nuevo, o bien, que busques la mejora de la eficiencia del sistema preexistente. Es necesario que también evalúes las condiciones y características del entorno específico en el que se usará el sistema de identificación, pues de esto dependerá la resistencia que deberá tener el material de soporte.
En el mercado actual es posible encontrar una extensa variedad de materiales para la impresión de una etiqueta, pero muchos de ellos se dañan por la exposición a la radiación solar, a altas o bajas temperaturas, a ciertos niveles de humedad y por el contacto con químicos, solventes y abrasivos. Te recomendamos que evalúes los agentes a los que se verá expuesta la etiqueta y que a partir de ellos elijas el material más resistente. En este punto es importante mencionar que las condiciones de exposición de la etiqueta no definen únicamente el material que se emplee como soporte, también permiten determinar el modo de impresión más adecuado para generar la etiqueta.
Lo siguiente a tener en cuenta está estrechamente relacionado con el rendimiento de los adhesivos, que es el material de los activos que serán etiquetados. Como seguramente habrás notado, ciertos materiales y adhesivos tienen un mejor comportamiento en superficies de determinadas características, por tanto, debes tener en cuenta el tipo de material, la superficie disponible para el etiquetado y la forma de los objetos a etiquetar. No debes olvidar que la colocación correcta de una etiqueta influye en su tiempo de vida y en las tareas de identificación, especialmente cuando se emplean en un sistema basado en código de barras, pues en caso de que la etiqueta no se encuentre colocada en un lugar accesible o que esté muy dañada, el escáner de código de barras no podrá hacer la lectura para la identificación de la información contenida en la etiqueta.
Otro factor a tomar en cuenta, además del material de la etiqueta, es el método de impresión utilizado para generarla. En nuestros días es posible encontrar una extensa variedad de equipos de impresión diseñados especialmente para generar etiquetas; esto lo hacen a través de tecnologías de impresión, que pueden ser principalmente de matriz de puntos o térmicas, siendo estas últimas las que han alcanzado mayor popularidad gracias a los beneficios que ofrecen. Los equipos térmicos de impresión de etiqueta pueden funcionar por impresión térmica directa o bien, por impresión de transferencia térmica. Cada uno de ellos ofrece sus propios beneficios y requiere de consumibles especiales, que conviene conocer para decidir cuál es más adecuado para el tipo de aplicación que se le vaya a dar a la etiqueta. Por un lado, la impresión térmica directa consiste en la aplicación directa de calor, sobre un papel tratado químicamente para reaccionar al calor, oscureciéndose, y de esta manera generar la imagen impresa deseada.
Los consumibles que utilizan deben ser termosensibles y se encuentran disponibles en acabado mate, recomendado para etiquetar productos con una vida corta que no se encuentren expuestos a factores que puedan dañarlos, como calor, luz y humedad; en acabado brillante, los que tienen un acabado térmico protegido que los hace más resistentes al desgaste y a los roces; en acabado térmico protegido, se caracterizan por su alto grado de resistencia a la humedad y al desgaste, por lo que se pueden utilizar en un mayor número de entornos. Por otro lado, en la impresión por transferencia térmica, la imagen se imprime sobre la superficie deseada a través de la transferencia de tinta, desde cintas de transferencia hacia el soporte de impresión. La impresión térmica por transferencia permite imprimir en una mayor variedad de soportes, por la que son útiles para generar una etiqueta adecuada para uso rudo y resistente a la exposición de roce, fricción, humedad y temperaturas extremas. Con estas impresoras se puede utilizar papel couché, plástico poliéster y plástico polipropileno, entre muchos otros materiales, siendo en general la duración de la impresión mayor que en el caso de las impresiones térmicas directas, las cuales al paso del tiempo pueden aclararse, o bien, el papel puede oscurecerse y hacerlas ilegibles. Claro que esto depende de la calidad del papel térmico utilizado.
Por el modo en que operan y el tipo de consumibles que requieren, estos equipos de impresión tienen distintos costos iniciales de inversión y de mantenimiento. En todo caso te recomendamos que antes de adquirir una impresora, te informes sobre todas sus especificaciones técnicas y requerimientos de consumibles, ya que las etiquetas generadas con ellas tendrán distintos tiempos de vida y resistencia a la exposición a factores ambientales, esfuerzos mecánicos, físicos y contacto con químicos. Cabe mencionar que, en la actualidad, en el mercado se encuentran disponibles impresoras térmicas que trabajan con los dos métodos, según se configuren antes de su uso, y para que operen correctamente sólo necesitan de cambiar el consumible, una excelente opción para quienes tienen necesidades de etiquetado diversas.
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